Claves de las neurociencias para comprender nuestras emociones
Las emociones son reacciones complejas que influyen en nuestro pensamiento, comportamiento y salud. La neurociencia ha avanzado en comprender cómo el cerebro procesa las emociones, revelando áreas y mecanismos específicos involucrados. La clave es, cómo podemos obtener herramientas prácticas que nos permitan gestionar las emociones usando los nuevos conocimientos.
Cuando pensamos en el cerebro, a menudo nos imaginamos un órgano complejo que controla todo lo que hacemos y sentimos. Pero dentro de este órgano fascinante, hay una región especializada que se encarga de algo que todos conocemos muy bien: nuestras emociones. Esta área se llama el sistema límbico, y es como el corazón emocional de nuestro cerebro.
Comparemos el cerebro con una gran ciudad, con diferentes barrios y vecindarios. El sistema límbico sería el barrio de las emociones, donde ocurren todas esas sensaciones que nos hacen humanos, como el miedo, la alegría y la tristeza.
Dentro del sistema límbico, hay estructuras importantes que trabajan juntas para procesar y regular nuestras emociones. Una de estas áreas es la amígdala, que podríamos comparar con un policía o guarda que siempre está atento y alerta ante cualquier señal de peligro. La amígdala es crucial para detectar situaciones amenazantes y desencadenar respuestas mediante el uso del miedo o ansiedad, lo cual nos ayuda a protegernos.
Otra parte fundamental del sistema límbico es el hipocampo, que podríamos visualizar como el ordenado y meticuloso registrador de datos. El hipocampo se encarga de almacenar y recuperar recuerdos emocionales, lo que nos permite recordar experiencias pasadas y aprender de ellas. Por ejemplo, si alguna vez nos sentimos felices en un determinado lugar, el hipocampo lo recordará y asociará ese lugar con emociones positivas.
Entonces, ¿Cómo funcionan estas áreas juntas para regular nuestras emociones? Trata de imaginar que vas caminando por un sendero en el bosque y de repente escuchas un ruido fuerte. Tu amígdala, el guardián atento, detecta este sonido como una posible amenaza y envía señales de alerta a todo tu cuerpo, preparándote para luchar o huir. Al mismo tiempo, tu hipocampo recuerda la última vez que estuviste en el bosque y te sentiste seguro, lo que te ayuda a evaluar si realmente estás en peligro o no.
El sistema límbico es como coordinador de nuestras emociones, haciendo que diferentes partes del cerebro interactúen entre sí para que trabajen juntas en armonía. Pero como en todo, a veces puede haber desafíos. Por ejemplo, en algunas personas, el sistema límbico puede volverse hiperactivo, causando ansiedad o trastornos del estado de ánimo. En otras, puede haber desequilibrios químicos que afecten su funcionamiento. A pesar de estos desafíos, comprender cómo funciona el sistema límbico nos ayuda a apreciar la complejidad y la belleza de nuestras emociones. Nos recuerda que somos seres emocionales, y que nuestras experiencias pasadas y presentes moldean la forma en que percibimos el mundo a nuestro alrededor. Entonces, la próxima vez que te encuentres experimentando una emoción intensa, recuerda que es tu sistema límbico trabajando arduamente para mantenerte a salvo y ayudarte a navegar por red emocional.
¿Qué pasa cuando el sistema límbico se altera permanentemente o se dispara incontroladamente?
Todas las acciones del Sistema Límbico en su conjunto son naturales y saludables ya que nos permiten mantenernos a salvo. Lo normal es que todos los sistemas de alarma se conecten y se desconecten cada vez que lo requieren, pero: ¿Qué sucede si el sistema de alarma se enciende y se queda encendido o trabado? Las cosas no se van a ver bien.
Una persona con descontrol del Sistema Límbico sufrirá de estados alterados de ánimo, ansiedad constante, depresión y miedo sin sentido, e inclusive podría llegar a un punto de tener un trastorno bipolar. Podría generar dificultad para concentrarse, recordar información, o aprender cosas nuevas.
Existen casos extremos que no voy a tocar en este artículo porque forma parte de patologías que generalmente son tratados por psiquiatras y otros especialistas.
Quisiera hablar de lo más común y fácil de abordar desde la perspectiva del coaching, la neuroprogramación y el hackeo de la mente.
Me refiero a los ataques de pánico, ansiedad, miedos, fobias y algunos patrones que las personas podrían abandonar por sí solas sin necesidad de terapias o medicamentos.
En la mayoría de las personas estas condiciones no son crónicas, ni profundas, simplemente son provocadas por el estrés constante, la mala alimentación y malos hábitos, entre otros.
He podido ver como personas que están pasando por esto, pueden superarlo por sí mismas solo con el uso de algunas herramientas que les puedo facilitar en las sesiones de coaching. Inclusive yo mismo en algún momento he me he visto en la necesidad de aplicar estas herramientas a mi propia vida, así que no hay nada mejor que cuando uno ha probado primero el producto antes de dárselo a otros.
¿Podemos prever un desorden en el sistema límbico?
Existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de dañar nuestro sistema límbico. Algunos de ellos no podemos tratarlos como coaches pues obedecen a situaciones genéticas, accidentes cerebrovasculares, epilepsia, tumores cerebrales y cosas semejantes que necesita de un tratamiento por parte de especialistas en el campo respectivo.
Sin embargo, si podemos ayudar a las personas a mantener un sistema emocional saludable mediante ejercicios, desarrollo de hábitos y reprogramación de creencias, aun cuando estas hayan tenido experiencias negativas en el pasado, están pasando por un momento de mucho estrés o estuvieron expuestas a sustancias controladas o no controladas que pudieron alterar sus estados de ánimo en forma recurrente.
¿Cómo podemos gestionar correctamente el sistema límbico?
Por supuesto, la actividad física es esencial para mejorar el estado de ánimo y la función cognitiva.
Una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales puede proporcionar nutrientes esenciales para el cerebro. Igualmente dormir lo suficiente es crucial para la salud mental y física.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ayudar a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos, esta es brindada por especialistas en Psicología.
El coaching con PNL puede ayudar a gestionar el sistema límbico permitiéndole a la persona identificar patrones de pensamiento y comportamiento que están asociados con emociones negativas. Igualmente puede ayudar a cambiar las creencias limitantes que pueden estar contribuyendo a los desórdenes de conducta. Otro aspecto importante es que el coaching con PNL puede ayudar a desarrollar habilidades de afrontamiento para manejar el estrés y la ansiedad. Todo esto permite mejorar la comunicación con los demás, construyendo relaciones saludables y hábitos para reducir el estrés.
El hackeo de la mente, permite utilizar técnicas como la atención plena, la meditación o la visualización para identificar y modificar patrones de pensamiento negativos y creencias limitantes que pueden estar afectando el sistema límbico.
La reprogramación del subconsciente utiliza técnicas que permiten modificar creencias inconscientes y patrones emocionales que no se pueden tratar a nivel de la consciencia. Hablamos aquí de una meditación profunda, así que mientras la meditación normal y el mindfulness se ejecutan bajo ondas cerebrales Alfa, la reprogramación del subconsiente se realiza en un nivel más profundo llamada Ondas cerebrales Theta.
Espero que esta introducción haya sido de tu agrado, te invito a seguirme en esta serie de artículos sobre “Gestión Emocional”
La próxima semana trataré el tema: “El subconsciente y la emociones”
¡Hasta la Próxima!
Lic. Adrián Rojas
Certified Master Coach & Neurohacking Programation