El fracaso es parte de la vida, sin él, no podríamos saborear cuando alcanzamos el éxito. Sentirnos mal inmediatamente al momento en que determinamos que las cosas no salieron como queríamos, no debe ser motivo para condenarnos o menospreciarnos a nosotros mismos, pues no siempre caminamos por las alturas, hay momentos en que estamos en los valles y las llanuras.
El análisis sincero del fracaso, hasta podría ser la clave para volverlo a intentar una y otra vez hasta que lo logramos. Acostumbro a jugar el juego de naipes “Solitario” en mi celular, lo hago para relajarme al final del día y es increíble como el fracaso en el juego se ve diferente a la vida real. El juego siempre lleva mi propio récord, a esta alturas de mi práctica, cada vez que un juego dura más de tres minutos para mí es un fracaso, porque mi último récord está en dos minutos, pero cuando mi récord era tan solo de cinco minutos, al llegar a tres fue todo un éxito. Así que lo que hoy para mí en el juego del “Solitario” es un fracaso, en algún momento fue un éxito.
Ese juego interior de nuestra mente no nos afecta, nos motiva a mejorar, inclusive realizar este juego en la mente cuando analizamos el fracaso, mediante el uso de poderosas preguntas, consigue el mismo efecto que lo que sucede con el juego “Solitario”.
¿Dónde el fracaso te puede hacer daño?
El fracaso en sí no es dañino como lo he dicho anteriormente, lo que puede hacer daño, es la forma en que lo abordamos desde el pensamiento. Si no se hace de la manera correcta, los pensamientos harán que la persona entre en lo que vamos a llamar “el círculo del fracaso”.
¿Qué significa esto?
Si en la dinámica de los pensamientos de pronto el individuo se dice a sí mismo “Soy un tonto, como siempre fallé” “soy un fracaso”, inmediatamente el fracaso deja de ser un evento de la vida para convertirse en su vida, pues cuando dice “soy un fracaso”, está declarando que eso no es un evento sino una persona, literalmente se está convirtiendo en el fracaso, por lo tanto, se programa mentalmente y el siguiente pensamiento que le mantendrá en el círculo del fracaso es “todo lo que intente fallará en el futuro”.
Para evitar caer en el círculo del fracaso, o aún cuando ya estés allí, salir solo es una decisión. Lo que quiero decirte es que si en el momento de fracasar simplemente cambias la afirmación “como siempre fallé”, por la pregunta ¿Qué tengo que aprender de esto? Notarás que inmediatamente sales del círculo que te tenía atrapado y pasas a un nuevo y poderoso círculo: El círculo de la superación personal.
La pregunta: ¿Qué puedo aprender de esto? Te llevará a una nueva pregunta ¿Qué voy a hacer de manera diferente que pueda cambiar el resultado? ¿Qué es realmente lo que deseo que pase? ¿Qué recursos tengo que podrían hacer que mis resultados se acerquen a lo que deseo?
Tal vez alguno de los lectores se recuerde de aquellos dibujos animados del Coyote y el Correcaminos, el Coyote usaba una trampa tras otra sin obtener resultados, fracasando constantemente y sin entender nada. Te imaginas lo que hubiera pasado si el Coyote se hubiera hecho todas estas preguntas, sin en lugar aceptar su fracaso, hubiera perfeccionado una misma trampa hasta que funcionara, de hecho, la historia hubiera sido otra.
Hoy puede ser el día más adecuado para salir del círculo del fracaso, de dejar de caer en la trampa de la causa y el efecto. “Es que mi esposa es la que me ha obligado a estar donde estoy”, “soy el producto del carácter de mi jefe”, “fracasé porque mis padres no me dieron las herramientas que necesitaba”.
¿Te das cuenta de que la llave que abre la puerta al círculo del fracaso es la excusa? Si intentas justificar siempre tus fallas, no lograrás salir de ese círculo. ¿Para qué justificar los errores? ¿De qué te sirve la excusa? ¿Acaso eso te saca de donde estás?
No busques la causa del fracaso, si primero no tienes tu ancla en el futuro. No vallas al presente o pasado, si antes no estás claramente enfocado y claro acerca de cual es tu verdadero objetivo.
Si sabes realmente estar en tu futuro perfecto, es más fácil desde allí entender lo que no te está funcionando en el presente, esa es la magia del coaching.
¿Qué tu vida fluya de la mejor manera!
Lic. Adrián Rojas
Master Coach Certificado