Hablar de liderazgo hoy en día es muy fácil, pero cuando entramos en el campo de liderarnos a nosotros mismos, se convierte en un asunto totalmente vivencial.
Son muchas las personas que se desaniman intentando el auto liderazgo y pasan al siguiente nivel de liderar a otros, sin haber superado este primer nivel de liderarse a sí mismos, eso solo logrará el fracaso o al menos, que no se logre desarrollar como un buen líder, en especial dentro de la labor profesional.
La verdad es que le será muy difícil ser un líder de influencia cercana para otros a largo plazo, si no ha alcanzado ser líder de su propia persona. Esta deficiencia hace que pueda liderear por corto tiempo, pero en determinando momento la construcción que haya hecho basada en su liderazgo, caerá sobre él o ella al no tener un fundamento firme.
Las personas que desean convertirse en líderes de influencia pretenden casi siempre que de forma paralela puedan alcanzar lo que llamaríamos una buena calidad de vida en el liderazgo, de tal forma que esto permita enfrentar mejor las situaciones que se van presentando al transcurrir el tiempo.
Desgraciadamente, cuando he tratado este tema con líderes en diversos países encuentro que muchos, aunque con una buena formación académica y una aceptable posición socioeconómica, se encuentran en un punto de sobrevivencia, podríamos decir que en muchos casos se cumple aquel dicho popular: “candil de la calle, oscuridad de la casa” o bien “casa de herrero, cuchillo de palo”, se intenta ser líder de otros, pero no existe muchas veces un liderazgo disciplinado en la persona que está tratando de ser líder.
Por esta razon vemos que algunos, después de haber servido por varios años en una empresa u organización, se sienten frustrados, haciendo que su vida y profesión se vuelvan rutinarios. Los miramos a veces, terminar desilusionados y en un estado de conformismo, sintiendo lástima de los nuevos que van surgiendo y como esperando que el ciclo sobre aquellos, termine de la misma manera que paso con ellos.
Para tener un verdadero liderazgo personal, se vuelve indispensable desarrollar cualidades muy específicas, establecer prioridades correctas, comprender nuestro propósito en la vida y tener clara la visión, manteniendo disciplinas espirituales y personales correctas; por esta razón, sería importante que nosotros nos tomáramos tiempo para desarrollarnos a nosotros mismos.
Al leer esto usted podría llegar a la conclusión de que es necesario hacer cambios, dándole un mejor sentido a su liderazgo, con una guía clara de su actuar como líder, tanto a nivel profesional como de vida. Esto podría implicar, darse a la tarea de construir un plan de crecimiento personal, que le permita alcanzar el líder que usted quiere estar siendo.
John Maxwell dice: “Si usted atrapa a un tiburoncito y lo confina, permanecerá de acuerdo con el acuario donde vive. Los tiburones pueden medir quince centímetros de largo y aun así ser completamente adultos. Sin embargo, devuélvalos al océano y crecerán hasta su tamaño normal”.
A veces nuestra vida se convierte en una pecera en la que nos sentimos seguros, recibiendo el alimento a su tiempo, sin darnos cuenta de que dejamos de crecer.
La invitación para todo líder es iniciar con la construcción de su propio liderazgo, con un enfoque completo sobre su persona en donde haga un recuento de sus aspiraciones personales, sus capacidades humanas, sus talentos y fortalezas, así como pensar en el rumbo que debería tomar.
Consideramos entonces que, si usted tiene un proyecto de crecimiento personal orientado al liderazgo, debería contemplar al menos cuatro aspectos fundamentales:
- Lo que desea alcanzar
- ¿Cómo lo conseguirá?
- La forma en que medirá sus avances
- Integrar a coaches y mentores en el proceso
Puedo asegurarle que hacer un alto en el camino, invertir un poco de tiempo y dinero en esto que le menciono, podría acortar hasta en un 50% el tiempo que le llevará alcanzar lo que desea.
¡Que su vida fluya de la mejor manera!
Lic. Adrian Rojas
Master Coach y especialista en Neuroaprendizaje